Pelocho: Nuestra pequeña historia
Para que os hagáis una idea de la importancia que tuvo en mi vida y en la de mi familia, quiero contaros quien era Pelocho y por qué le llamábamos Capitán Pelocho. Una pequeña historia pero muy importante.
Historia de Pelocho: Un gato feral
Para empezar voy a contaros que es un gato feral, así os será más fácil entender el contexto, su historia y nuestra vida juntos.
Un gato feral es un gato doméstico que ha nacido o crecido sin contacto con humanos. Puede haber perdido ese contacto durante un largo periodo de tiempo o haber carecido de él desde el nacimiento, por lo tanto, no es un gato sociable, y es por eso que nos temen y nos rehúyen.
Como llegó a nuestra vida.
Pelocho tendría unos 14 años, era muy mayor. Era miembro de una colonia felina cercana.
Empezó a venir a casa esporádicamente, al principio solo a comer, después a dormir al sol en el jardín. Un día entró en casa y se habituó a moverse dentro, con cautela pero sin miedo, aceptando nuestra presencia a su alrededor. Aunque le hablábamos tocarle era misión imposible, incluso acercarle comida era una aventura de riesgo.
Con Pelocho, mi familia y especialmente yo, entablamos una relación muy especial, de respeto mutuo, una conexión difícil de explicar.
A pesar de ese carácter agrio de viejo gruñón, siempre le hablé con cariño, le decía cuánto sabía que nos queríamos y lo que me preocupaba cuando pasaba días sin aparecer por casa. A veces le regañaba, como una madre preocupada regaña a su hijo. Le decía la suerte que habíamos tenido de encontrarnos…
El gran cambio y las dudas
En un determinado momento tuvimos que cambiarnos de casa y mudarnos a un piso. Cambiar de localidad, a una capital que nada tenía que ver con el pueblo donde él había nacido. Decidir qué hacer entonces con Pelocho ha sido una de las decisiones más difíciles que he tomado en mi vida.
Pelocho tenía que quedarse en la calle, sin el abrigo que para él era nuestra casa y seguir siendo el gato de colonia que era, o venirse a vivir a un piso. También teníamos dudas de lo que suponía vivir con un gato feral «encerrado» que además, de esa forma, debía convivir con nuestros tres gatos. Nos llevó meses decidir que hacer, pensando en qué era lo mejor para él. No sé si con mucha cabeza, pero sí con mucho corazón, optamos por la segunda opción.
Cuando empezó a marcharse
Su carácter no cambió, pero se adaptó con toda naturalidad, quizás sintiendo la seguridad que hasta entonces no había tenido.
Nunca pretendimos que fuese un gato cariñoso, lo aceptábamos tal como era. Poco a poco dejó de ser el gato bravo al que estábamos acostumbrados. De forma paulatina pero muy rápida, aparecieron los achaques de la dura vida que tuvo en la calle.
Pelocho se fue apagando, o se dejó apagar en esa seguridad y en ese cariño que creo que sentía. Su veterinaria, no pudo hacer nada por salvarle, aunque lo intentamos todo. 🌈Todos los gatos que pasan por nuestra vida son importantes, pero Pelocho no solo era un gato, era todo un capitán, era Capitán Pelocho. ❤
Su importancia y el alma de este proyecto.
Son muchos los gatos que han pasado por mi vida, pero él fue desde el primer momento un gato muy especial. Sus circunstancias como llegó a nosotros, la relación que él y yo teníamos y su marcha, ha marcado como un guía, este proyecto.
Su recuerdo
Son muchos los momentos en que lo recuerdo, para mi sigue siendo muy importante y de alguna forma, me acompaña.
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